miércoles, 13 de julio de 2011

Todo de repente.

De un momento a otro podemos pasar de ser felices a no poder levantar la mirada.
La felicidad es un maquillaje de sonrisa amable.
De repente puede pasar lo inesperado, lo que esperabas que pasase o lo que nunca pasará.
Tan solo hace falta 1 segundo para pasar de ser tú a ser alguien que ni si quiera conoces, pasar a ser alguien que no quieres ser, alguien que no piensa en nadie, pero mucho menos piensa en si mismo, que le da igual todo, que no quiere que le ayuden, pero no se da cuenta de que necesita ayuda, mucha ayuda para volver a ser la persona que era, la persona que quería ser.
El tiempo pasa y cada vez distancia más a esas personas que siempre estuvieron a su lado, que ella quería y necesitaba que estuviesen, pero no hace nada por impedirlo y deja que la distancia siga haciéndose mayor.
Que se siente horriblemente mal, sola y rara, que no entiende que la ocurre pero tampoco puede cambiar, que la gustaría que todo fuese como era, que esas personas estén, que esas risas sigan, esos te quieros de despedida, quiere que todo vuelva a ser lo que era, pero ella, esa persona, no hace nada, no hace nada para que cambien las cosas...